VERDADERA PRESENCIA DE CRISTO EN LA EUCARISTÍA
En este artículo trataremos sobre la Eucaristía y de la presencia real y plena de Cristo en ella.
BÁSICO
Antes de nada explicaré qué es la Eucaristía: Se trata de la celebración de la consagración del pan y el vino durante la misa y su posterior ingesta por los fieles. Nosotros creemos que ese pan y vino, en el momento de la consagración, pasan a ser verdadero cuerpo y verdadera sangre de Cristo, aunque se conserven los accidentes de la materia anterior (Color, olor, forma, textura y demás del pan y del vino).
A la transformación del pan y el vino en cuerpo y sangre de Cristo se le llama transubstanciación. Algunos católicos (Y muchos protestantes) creen que la Eucaristía es simplemente un recuerdo de la última cena, un símbolo, y que no es más que una forma de recordar cómo Jesucristo se entregó por nosotros.
Nada más lejos de la realidad: La Eucaristía es el momento culmen de la misa, donde el sacerdote pide a Dios que se haga presente verdaderamente en el pan y el vino. Es la forma que tiene Cristo de hacernos a todos partícipes de su sacrificio, y así es como ha de entenderse, como la renovación del sacrificio de Cristo, que se da gratuitamente a todos nosotros.
INTERMEDIO
Esto lo hacemos porque Cristo en persona nos dijo que lo hiciésemos, concretamente en estos versículos:
"Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: 'Tomad y comed. Esto es mi cuerpo'. Después tomó un cáliz, dio gracias y se lo dio, diciendo: 'Bebed todos de el, porque esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos para remisión de los pecados'." - Mt 26:26-28 -
"Durante la cena Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio, diciendo: 'Tomad, esto es mi cuerpo'. Después tomó un cáliz, dio gracias, se lo pasó a ellos y bebieron de el todos. Y les dijo: 'Esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que será derramada por todos'." - Mc 14:22-24 -
De manera muy parecida aparece en el Evangelio de Lucas, no así en el de Juan, que no hace referencia a ese hecho en concreto, pero si a la Eucaristía (Cómo veremos más adelante). Hasta aquí todo claro, los versículos son lo suficientemente explícitos: "Esto es mi cuerpo". Sin embargo las críticas exegéticas vienen por otro lado, veamos lo que dice San Pablo sobre la Eucaristía:
"Yo recibí del Señor lo que os he transmitido: Que Jesús, el Señor, en la noche que fue entregado, tomó pan, dio gracias, lo partió y dijo: 'Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía'. Después de cenar, hizo lo mismo con el cáliz, diciendo: 'Este caliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; cada vez que la bebaís, hacedlo en memoria mía'." - 1Cor 11:23-25 -
Los que quieren negar su presencia aducen que Jesús simplemente ordenaba recordarlo con este rito ("hacedlo en memoria mía"), sin afirmar que Él estaba realmente ahí. Como veis el argumento cae por su propio peso; Cristo afirma que esto es mi cuerpo, por lo tanto no puede ser un rito ni nada simbólico. Sin embargo este mismo fragmento sirve para afirmar que Jesús no sólo limitó la Eucaristía a esa noche, si no que ordenó que lo hiciésemos nosotros también ¿Quienes nosotros? Los apóstoles que estaban reunidos con él y sus sucesores, por supuesto.
¿De verdad pensaba San Pablo que la Eucaristía era un símbolo? Veamos lo que dice justo después:
"Por eso, el que come del pan o bebe del cáliz del Señor indignamente será reo del cuerpo y de la sangre del Señor. Por tanto, examine cada uno su propia conciencia, y entonces coma del pan y beba del cáliz. Porque el que come y bebe sin considerar que se trata del cuerpo del Señor, come y bebe su propia condenación." - 1Cor 11:27-29 -
Queda bastante claro, no sólo lo dice, si no que afirma que quien comulgue sin estar limpio de pecado comete sacrilegio. Esto no tiene sentido si no se trata en verdad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Existen muchos versículos que se refieren a la Eucaristía y Su presencia real en la misma, por ejemplo:
"Jesús les contestó: 'Os aseguro que no me buscáis porque habéis visto milagros, sino porque habéis comido pan hasta hartaros. Procuraos no el alimento que pasa, sino el que dura para la vida eterna; el que os da el hijo del hombre, a quien Dios Padre acreditó con su sello'. Le preguntaron: '¿Qué tenemos que hacer para trabajar como Dios quiere?'. Jesús les respondió: ' Lo que Dios quiere que hagáis es que creáis en el que él ha enviado'. Le replicaron: ¿Qué milagros haces tu para que los veamos y creamos en ti? ¿Cual es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo'. Jesús les dijo: 'Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo; mi Padre es el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo'. Ellos le dijeron: 'Señor, danos siempre de ese pan'." - Jn 6:26-34 -
Aquí vemos cómo Jesús afirma que el pan de Dios, que es el que da el Padre, es el pan de la vida eterna, nosotros creemos que se refiere directamente a la Eucaristía (Pan de vida eterna, que nos da el Padre).
Puede ser una metáfora, sin duda, y ese pan referirse a la salvación, a la Buena noticia o a lo que queráis, sin embargo echémosle un vistazo a la luz de este otro fragmento:
"Jesús les dijo:'Yo soy el pan de la vida. El que viene a mi no tendrá hambre, y el que cree en mi no tendrá sed jamás. Pero ya os he dicho que, aunque me habéis visto, no creéis. Todos los que el Padre me da vendrán a mi. Al que viene a mi no lo rechazo, pues he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y ésta es la voluntad del que me ha enviado, que yo no pierda ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el último día'. [...] Yo soy el pan de vida. Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron. Éste es el pan que baja del cielo; el que come de él no muere." - Jn 6:35:40, 48-50 -
Esto ya es más difícil que sea una metáfora. Jesús afirma que él es "el pan de la vida", y dice que el que coma de este pan no morirá nunca, es decir, que resucitará.
"'Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente; y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo'. Los judíos discutían entre ellos '¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?'. Jesús les dijo: 'Os aseguro que si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre vive en mi y yo en él. Como el Padre que me ha enviado vive y yo vivo por el Padre, así el que come vivirá por mi. Éste es el pan que ha bajado del cielo; no como el que comieron los padres, y murieron. El que come este pan vivirá eternamente'." - Jn 6:51-58 -
"Yo soy el pan vivo bajado del cielo", otra vez lo repite, demasiado para una metáfora, ¿no? Efectivamente. Jesucristo ES el pan bajado del cielo que da la vida eterna. Sus discípulos y los judíos que le escuchaban (Recordemos que se encuentra en la sinagoga de Cafarnaun) se extrañan ¿A qué se referirá? La antropofagia está severamente castigada por la ley mosaica, debe de ser una metáfora o un simbolismo. Jesús responde bien claro: "Os aseguro que si no coméis la carne del hijo del hombre y no bebéis su sangre no tendréis vida en vosotros" y también que "mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida". Ante semejante afirmación no queda más que creer.
Pero de todas formas aun frente a este pasaje hay gente que insisten en que se trata de una metáfora o un simbolismo, para responderles veamos en la continuación del versículo la reacción de sus propios discípulos:
'Muchos de sus discípulos, al oírlo, dijeron: 'Esto que dice es inadmisible. ¿Quién puede admitirlo?'. Jesús, conociendo que sus discípulos hacían esas críticas, les dijo: ¿Esto os escandaliza? ¡Pues si vierais al hijo del hombre subir adonde estaba antes! El espíritu es el que da vida. La carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y vida. Pero entre vosotros hay algunos que no creen' (Jesús ya sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién lo iba a traicionar). Y añadió: 'Por esto os he dicho que nadie puede venir a mi si no le es dado por el padre'. Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y no andaban con él." - Jn 6:60-66 -
¿Por qué se iban a escandalizar si no fuese precisamente porque creían que estaba hablando literalmente? ¿Por qué abandonar al que, hasta ese momento creías el mesías? Jesús bien pudo haber aclarado perfectamente el simbolismo, de hecho lo hizo en otras ocasiones, cuando sus discípulos no le entendían. ¿Porqué no lo hizo? Porque no había nada que aclarar. Jesús es bien explícito.
A la actitud de sus "discípulos" (Entiéndase por seguidores, en estos pasajes los judíos, discípulos y seguidores se refiere siempre a aquellos que admiraban y seguían a Jesús pero no se atrevían a dar el paso final, esto es: reconocerle como el mesías) hay que contraponerle la respuesta de Pedro y los apóstoles; "¿También vosotros queréis iros?", le pregunta, a lo que Pedro responde: "Señor, ¿a quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna".
Para terminar éste nivel pondremos un ejemplo bíblico de la eucaristía en las primera comunidad cristiana:
"Eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la unión fraterna, en partir el pan y en las oraciones. [...] Todos los días acudían juntos al templo, partían el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón..." - Hch 2:42,46 -
Efectivamente, partir el pan, la llamada fracción del pan es la Eucaristía.
AVANZADO
Antecedentes en el A.T.
Puestas ya las bases neotestamentarias comprobemos lo que Dios nos cuenta en el Antiguo Testamento:
"El Señor habló a Moisés: 'Di a Aarón y a sus hijos: Este será el ritual del sacrificio por el pecado: la víctima será inmolada delante del Señor en el lugar donde se inmolan los holocaustos: es una cosa santísima. La comerá el sacerdote que la ha sacrificado; la comerá en lugar sagrado dentro del atrio de la tienda de la reunión. Todo cuanto toque la carne quedará consagrado. Si la sangre salpicare alguna vestidura, esta será lavada en lugar sagrado." - Lev 6:17,20 -
"La carne del sacrificio de reconciliación ofrecido en acción de gracias deberá comerse el día mismo en que se ofrece, sin dejar nada para el siguiente" - Lev 7:15 -
Como vemos aquí Yahweh exigía una ofrenda real y viva para el perdón de los pecados (Animales en este caso). No se trata de que Dios quiera el sacrificio de inocentes, si no de reparar el daño cometido. Cómo la naturaleza humana impide reparar adecuadamente ningún tipo de ofensa a Quién todo le debemos, Dios creó el cauce necesario: un sacrificio de alguien sin culpa, ofrecido como compensación (la supresión de algo bueno nuestro para "hacer justicia"). En esta ofrenda, al igual que en la comunión, la víctima es consumida en su totalidad (pues su carne es sagrada) para alcanzar la común-unión con Dios.
Para nosotros ya no hay sacrificio animal: Jesucristo (enteramente hombre, por tanto, parte "ofensora") se da de manera perfecta y completa (Como enteramente Dios, omnipotente) como víctima ofrecida por el pecado. Nosotros ya no sacrificamos animales porque Cristo mismo se ha ofrecido a cambio, pero el principio es el mismo.
"Esa misma noche comeréis la carne asada al fuego, con panes sin levadura y hierbas amargas. No comeréis nada crudo ni cocido en agua; todo ha de ser asado al fuego: cabeza, patas y entrañas. No dejaréis nada de él para la mañana siguiente; si queda algo, lo quemáis." - Ex 12:8-10-
El cordero debía ser macho y sin mácula, ingerido completamente en la noche de Pascua. Nuestra noche de Pascua es la Eucaristía, en la misma Cristo mismo se entrega a nosotros, él es el cordero prefigurado en éxodo, tal y cómo lo señala Juan el Bautista: "Éste es el cordero de Dios". - Jn1:36-.
Aclaración del capítulo 6 de San Juan
La palabra griega original que utiliza Juan para referirse a la Carne de Cristo es Sarx (σάρξ), cuya definición en griego es "Carne, trozo de carne, cuerpo, ser vivo, hombre". Otras dos palabras referidas a carne utilizadas en el Nuevo Testamento son Kreas (κρέας) , que significa "trozo de carne" y es utilizado refiriéndose a carne animal (Véase: 1Cor 8:13 y Rom 4: 21) y Sarkinos ( σάρκινος), referido a la carne simbólica de la concupiscencia - el equivalente al adjetivo "carnal" - (Por ejemplo: Rom 7:14 y 2 Cor 3:3).
De las tres posibilidades el evangelista elige la que directamente implica la presencia real de su propia carne (para los angloparlantes les puede servir la comparación entre "flesh" y "meat") y desecha las demás. Por si quedaba alguna duda.
La Eucaristía en la Tradición
Los apóstoles, los padres de la Iglesia y la Iglesia Católica ha creído siempre en la Verdadera presencia de Cristo en la Eucaristía.
"porque no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la misma que padeció por nuestros pecados, la misma que, por su bondad, resucitóla el Padre".
- San Ignacio de Antioquía, Siglo I (Smyrn. 7: BAC 65,492-493) -
“...porque Cristo es el pan de los que tocamos su cuerpo. Pedimos, pues, que nos sea dado diariamente, a fin de que quienes vivimos en Cristo y recibimos su Eucaristía diariamente para alimento de salud, no seamos separados de su cuerpo por algún delito grave que nos prohíba el celeste Pan y nos separe del cuerpo de Cristo"
- San Cipriano de Cartago, Siglo III (De dominica oratione) -
No fue precisamente hasta el siglo XI, cuando Berengario de Tours (m. 1088) influido por las ideas de Scotus Eriugena (m. 889) rechazó por primera vez la presencia real de Cristo en la Eucaristía, y aunque murió reconciliado pública y privadamente por la Iglesia dio pie a la negación posterior por muchos reformadores (Si bien Lutero, curiosamente, fue uno de sus defensores). Zwinglio de Zurich la negó directamente y Calvino trató de llegar a una especie de término medio nefasto.
Fue en Trento donde la Iglesia ratificó la Fe de los Apóstoles:
CANON I.-Si alguno negare, que en el santísimo sacramento de la Eucaristía se
contiene verdadera, real y substancialmente el cuerpo y la sangre juntamente con el alma y divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y por consecuencia todo Cristo; sino por el contrario dijere, que solamente está en él como en señal o en figura, o virtualmente; sea excomulgado.
- Concilio de Trento, 8ª sesión, 1547 d. C. -
¿Sólo carne?:
Hay que hacer notar que si bien la expresión "el cuerpo y la sangre de Cristo" pueden hacer creer que es tan sólo el cuerpo de Cristo lo que se transubstancia en realidad es Cristo completo: Cuerpo, sangre, alma y divinidad. Así mismo todo ello está enteramente presente en todos y cada uno de los pedazos (por pequeños que sean) de cualquiera de las dos especies (pan o vino). La justificación de estas aserciones excede el nivel y la longitud permitida para este artículo, las podréis encontrar en una de mis páginas fuente, enlazada al final del mismo.
¡Ésta es la fe de los Apóstoles, ésta es la fe de los antiguos Padres, ésta es la fe de los católicos!